Durante ésta última semana Facebook ha hecho varios movimientos para desplazar sus aspiraciones en el mercado tecnológico hacia la rama de la telefonía móvil. Si bien se ha anunciado a bombo y platillo en numerosas ocasiones, todavía no acaba de llegar aquel esperado smartphone con el que competir contra las grandes del sector. A cambio, Facebook es una de las aplicaciones por excelencia de todas las demás plataformas que ha obligado a cerrar numerosos acuerdos con los proveedores y que le da una presencia masiva en todos los sistemas operativos.
Algunos gurús de internet dicen que la estrategia de Facebook es un ardid inteligente para entrar de lleno en los teléfonos. Sincronizando la información de tu perfil en la red con el propio teléfono móvil, vemos como resultado una funcionalidad excelente y un perfecto acabado estético. El golpe maestro hubiera sido la compra de Whatsapp, que si bien no se concretó, al menos se despejó la incógnita con la nueva versión del Messenger de Facebook, toda una competidora en potencia para la heredera de los ya desfasados SMS. Con Facebook haciéndose con el dominio mediante una estrategia de sublimación, de primero acoso para después derribo, hay que reconocer que tiene todo el futuro por delante. ¿Se atreverá al fin Facebook ha sacar su propio Smartphone? No parece que de momento lo necesite.
