Hace algunas décadas, cuando veíamos en las series y las películas de ciencia ficción o en las que se ubicaban en este nuestro siglo XXI todo tipo de tecnología y gadgets que se consideraban imposibles, como los que permitían llamar a alguien al otro lado del mundo (o del universo) y hablarse cara a cara a través de pequeños dispositivos que se podían llevar en el bolsillo y que no necesitaban cables, o de sofisticados ordenadores capaces de imitar la inteligencia humana y que servían incluso como acompañantes a los solitarios viajeros espaciales que se supone que estarían surcando la galaxia para ese tiempo.
Pues bien, el tiempo pasa y ya estamos inmersos en pleno siglo XXI. Algunas de las cosas que se imaginaron, aunque parecieran imposibles, se han hecho realidad, y hoy llevamos en el bolsillo tecnología y gadgets con los que podemos comunicarnos en tiempo real y cara a cara incluso con gente de cualquier rincón del mundo. Nuestros ordenadores domésticos superan en prestaciones y capacidades a los que los grandes centros de datos tenían hace apenas treinta años. Pero algunas otras cosas todavía no se han cumplido, como la de tener un robot mayordomo en cada casa o que los coches sean capaces de circular mediante un sistema que no necesita ruedas.
Pero otros muchos de estos aparatos han superado con mucho incluso la imaginación de las mentes más inquietas del planeta, y en realidad este siglo no acaba más que de empezar.